|
Hace algunos años mamá, después
de cenar y lavarnos los dientes, nos arropaba en nuestras camas a mi hermano
y a mí. Me encantaba que, antes de salir de la habitación todos los días
sin excepción alguna, nos leía alguna historia o cuento.
Era algo sublime,
maravilloso el poder echar a volar la imaginación. En ocasiones me convertía
en un valiente marino, el cual navegaba por todos los mares del mundo en
busca de valiosos tesoros, en otras era un rey el cual ayudaba a los que no
tenían comida y eran muy pobres, pero la historia que más me gustaba sin
duda, era el principito, si ese, clásico de la literatura francesa el cual
nos ha sorprendido durante años a todo el mundo con su prosa ligera.
Es importante no dejar
pasar por alto los temas tan importantes que tenía: el miedo, la soledad,
responsabilidades y muchas otras cosas que ahora que soy adulto las analizó
y me doy cuenta que fueron significativas para el desarrollo a lo largo de
mi vida, púes, bien fue una base sólida y muy convincente.
Sin embargo mi querido hermano Rubén, cada noche que
mamá tomaba con sus delicadas manos algún libro; el repentinamente cerraba
los ojos o se volteaba del lado contrario de la luz, donde mamá se sentaba
pacientemente a leer. Más tardaba mamá en abrir el libro y comenzar, en lo
que Rubén ya estaba incluso roncando. El se caracterizó siempre por ser muy
rebelde e incluso flojo, pero eso no le quitaba lo inteligente y audaz que
era. Siempre de frente a la televisión jugando videojuegos viendo partidos
de futbol americano (su equipo favorito los patriotas de Nueva Inglaterra) ni
que, decir del corevac Team Rider su jugador favorito; en fin
siempre mi hermano tan alejado de la Literatura.
Hasta que un día
recuerdo un domingo, terminé mis labores de la escuela, a diferencia de Rubén
a mí, si me gustaba mucho la escuela e incluso era o más bien soy fanático
de las matemáticas y por supuesto de la lectura, era algo que me llenaba
dentro y por fuera, me daba fuerza. Ya que era difícil vivir en un hogar
faltante de padre, mi madre trabajaba todo el día, regresaba cansada
agotada fastidiada, pero jamás jamás nos dejó de leer por las noches, de
darnos un abrazo un beso, de todas formas a mí siempre me pareció que nos
hizo falta mucho mi padre. Cosas de adultos que como terminan por afectar a
los niños y luego esos niños terminan por ser los afectados en una sociedad
muy disfuncional.
Pues ese domingo como olvidarlo?
Imposible, no sé por qué me dirigí a nuestro cuarto y obvio Rubén estaba
conectado a su videojuego, muy entretenido por cierto, entonces con mucho
entusiasmo le dije: Rubén que haces? Pregunta absurda conociendo a la
perfección sus debilidades jajajaja, en fin me contesta que no vez jugando,
ven toma un control y acompáñame anda ¡!!!!! Diego es muy divertido; en
esos momentos no sé de donde tome fuerza en mis palabras y le dije: no te
aburres hermano llevas así desde que inició el fin de semana!!!! Vamos a
jugar vamos a leer un libro, Sabes reclamé con mucho entusiasmo estoy
leyendo un libro muy interesante, que estoy seguro a ti te fascinaría,
mmmmm no es muy aburrido contestó Rubén, yo le dije recuerdas que desde muy
pequeños mamá nos leía dijo: hay sí y era muy aburrido que flojera; es ahí
donde no sé qué poder tuvieron mis palabras, no sé qué fuerza se apodero de
mí en esos momentos y paso, si paso algo muy radical y maravilloso que le
cambio su vida por completo a mi hermano. El contesto a ver qué libro es el
que estás leyendo y platícame de que trata, fue ahí, donde yo muy
emocionado comencé a platicar a detalle, actuando cada una de las páginas
que ya había leído; en ese momento fue cuando algo toco su mente y corazón
de Rubén y sucedió si, un gusto por la lectura y la escritura como pocos a
lo largo del tiempo mi hermano termino su carrera en Filosofía y Letras
realizo maestría y un doctorado en letras. Como era de esperarse comenzó a
temprana edad a escribir novelas y un día recibió su primer premio
Alfaguara novela, como olvidar su primer logro, ya que me lo dedico
haciendo una breve reseña de lo que según él, yo fui el causante de que se
enamorar de la literatura.
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario